jueves, abril 25, 2013

Mensaje 2 de abril de 2013

Queridos hijos, los invito a ser en el espíritu una sola cosa con mi Hijo. Los invito, a que, a través de la oración y de la Santa Misa, cuando mi Hijo se une de manera especial a ustedes, procuren ser como Él: para que estén siempre dispuestos como Él a cumplir la voluntad de Dios, y a no pedir que se realice la de ustedes. Porque, hijos míos, por la voluntad de Dios son y existen, pero sin la voluntad de Dios, no son nada. Yo, como Madre, les pido que con su vida hablen de la gloria de Dios, porque de esa forma también se glorifican a ustedes mismos, según su voluntad. Muestren humildad con todos, y amor hacia el prójimo. Por medio de esa humildad y de ese amor, mi Hijo los ha salvado y les ha abierto el camino hacia el Padre Celestial. Les ruego que abran el camino al Padre Celestial a todos aquellos que no le han conocido y no han abierto el corazón a su amor. Con su vida abran el camino a todos aquellos que todavía divagan en busca de la verdad. Hijos míos, sean mis apóstoles que no viven en vano. No olviden que irán ante el Padre Celestial y le hablarán de ustedes. ¡Estén preparados! Nuevamente les advierto: oren por aquellos a quienes mi Hijo ha llamado, ha bendecido sus manos y se los ha dado a ustedes. Oren, oren, oren por sus pastores. Les agradezco.



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